InGravity Studio

Hace dos años que conocí a esta bonita familia que es Ingravity Studio. Tengo que decir que es un lugar donde me gustaría quedarme hasta que la vida me permita hacer Pole Dance. Sus profesoras son majísimas, muy profesionales y con toda la paciencia del mundo, se adaptan a tu ritmo de aprendizaje. Cuando traspasas la puerta de la escuela, todo lo que te preocupa queda atrás en ese momento, te pones en forma trabajando tu cuerpo y tu mente. Jordana desde el primer momento hizo que yo sienta pasión por este deporte, es una persona tan cercana, que tiene unos valores que te trasmiten mucho, a parte que ella es muy elegante. Yo diría que es mágica 😊🤎

Excelente academia, buen ambiente y mucha disciplina. Jordana tiene mucha experiencia y es muy profesional. Tiene tips para todo el mundo ...si o si consigue que te salga casi todo ☺️

Llevo 5 años practicando pole y en Ingravity Studio he encontrado un sitio donde no solo se entrena súper bien, sino donde te sientes acompañada de verdad. Las profes (además de saber un montón) son un amor, te explican con calma, te ayudan a mejorar la técnica y te transmiten seguridad y confianza para que puedas avanzar a tu ritmo y atreverte con nuevas figuras. Además, el ambiente en la escuela es super familiar, conoces a gente genial, aprendes sin presiones y las clases no están masificadas. Eso hace que cada clase se disfrute de verdad. Para mí, Ingravity es el espacio donde recargo pilas, me supero en cada figura que creía imposible lograr y donde he tenido la suerte de coincidir con personas muy bonitas que me acompañan en el mundo del pole.

Hablar de Ingravity Studio, es hablar de una de las escuelas de referencia a nivel estatal del maravilloso y completísimo arte del pole dance / pole sport. Pero no únicamente por los múltiples galardones de sus competidoras, o porque lleguen a sublimar esa disciplina en cualquiera de sus exhibiciones. El verdadero secreto está - aunque suene a tópico - en el amor por los detalles que pone Jordana en cada uno de los ámbitos que componen una escuela deportiva: la precisa información cuando alguien desea iniciarse, unas instalaciones de entrenamiento con material de primera, crear y fomentar un ambiente súper-positivo de aprendizaje y compañerismo, un equipo de profesoras increíble que adapta sus enseñanzas a cada persona, un asesoramiento y acompañamiento de primera a nivel competitivo (aunque eso sea opcional), días especiales con atrezzos temáticos, y un sinfín de cosas más. Mi hija había pasado por innumerables extraescolares de todo tipo, y ninguno le había terminado de convencer. Ahora lleva algo más de dos años en Ingravity, y puedo afirmar sin miedo a equivocarme que "ha encontrado su lugar en el mundo" en términos deportivos. Es difícil expresar, no sólo lo feliz que va a sus clases, o lo ilusionada que se plantea una competición, sino observar día a día cómo su autoestima y seguridad han aumentado notablemente a la par que iba superando los retos que el propio deporte le planteaba; todo ello mientras se sentía completamente confiada, rodeada por unas personas excelentes. Pocas cosas más importantes para un padre. Y estoy seguro de que eso es perfectamente extrapolable a cualquier otra persona :-) Así pues... ¡larga vida a Ingravity!